HADA DE LAS MIELES
- Ramiro Aguilar Torres
- 7 feb 2020
- 1 Min. de lectura
No me sonrías,
ni hagas que el pelo
decore tu cara,
cual sugestivo velo
sobre tu mirada.
No provoques que
la casualidad nos acerque,
ni parpadees despacio
cuando me miras.
No juegues conmigo.
No me induzcas a tomarte.
Sé que tu cuerpo de felina
no se resigna a perder
el placer que intuye.
Sé que tu altivez de hembra apetecida
no admite desdén.
No hables cerca de mi oído.
Sabes que tus tiernos ardides
alborotan mis bríos,
revuelven mis instintos,
hacen que hierba
mi sangre de donjuán sin remedio.
Mas ignoras que la vida me hizo cauto.
Me até a mis errores
para evitar que hurtes mi alma;
y lleves, vanidosa,
mi cuerpo a tu cama.
Comments